Querid@s amig@as,
Os escribo desde Salta, Argentina, al norte del país. Llegué ayer desde Mendoza, más de mil kilometros al sur. Antes de Mendoza estuve unos días en Santiago de Chile, visitando a unos amigos que conocí en Brasil el año pasado. Son Pedro, Isabel, y su hijo Juan Carlos.
Con ellos visitamos algunos lugares de Santiago como La Piojera, un bar muy popular donde sirven un vino sin refinar, y donde se juntan estudiantes, la gente del barrio Mapocho....En La Piojera sentí la nostalgia de estar casi en el pasado, en uno de esos lugares que por escasos ya nos son tan valiosos. Después pasamos por la feria del libro, y Pedro me regaló un libro con las aventuras del detective Heredia: Este detective vive en una calle del barrio mapocho, y toma sus tragos en la Piojera. En la novela Heredia se encuentra con Pepe Carvallo, que está de camino a España. Bueno, mejor dicho Carvallo encuentra a Heredia en un tugurio, con un trago de vino entre las manos. Heredia, sorprendido, le pregunta: "pero bueno, tú no estabas muerto?"....y Carvallo le responde "no, el que murió fue Montalbán...".
Esa misma noche nos fuimos a la Octava Cumbre Guachaca. "Guachaca" es el antónimo de "cuico", que son los jovenes de clase alta. Bailamos cuecas, y algunas cumbias.
Ahora en Salta tengo un par de tareas pendientes, una contactarme con la gente de Greenpeace, para ver si concretamos alguna tarea, pues me gustaria quedarme por estos lares dos o tres semanas. En Salta existe un bosque llamado de los Yungas, muy valioso, pero que la ambición del hombre está destruyendo. Mas información en: http://www.parenlosdesmontes.org.ar/
La otra tarea es buscar la forma de poder recorrer varios cientos de kilometros desde Jujuy (100 Km al norte de Salta) hasta la frontera con Bolivia, a caballo si es posible. ¿Por qué este recorrido? Porque es el que hicieron los soldados del General Lavalle, con su cadaver, escapando de las tropas federales en 1841, despues de que estos hubiesen perdido la guerra civil. A Lavalle lo m,ataron las tropas federales en Jujuy, y sus soldados, para evitar que le cortasen la cabeza y la expusieran en la Plaza, humillandolo, cogieron el cadaver y a través de unos 500 Kms lo llevaron por la quebrada de Humahuaca hasta Potosí, donde sus restos permanecieron por varios años hasta que fueron devueltos a Buenos Aires. Lavalle está enterrado ahora en el cementerio de Las Recoletas, en Buenos Aires. La epopeya de esta retirada de los 175 soldados de Lavalle, fieles a él hasta el último momento, lo narra Ernesto Sábato en "Sobre Héroes y Tumbas", y simplemente me cautivó.
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