miércoles, agosto 31, 2005

De vuelta al hogar

Hola amig@s!

Ya estoy de vuelta en casa, después de varios meses de viaje por Sudamérica. Así como antes de un viaje se hacen los preparativos, después de este viaje quiero darme un tiempo para ir asimilando todo lo que he vivido. Ordenar las fotos (más de 5000) y repasar mis apuntes va a ser mi forma de hacer esta "digestión", así como escribir algunos artículos que me han encargado para un diario vasco, BERRIA (www.berria.info).

Mis hermanas y mi sobrina llegaron el mismo día que yo a mi pueblo, Hernani, pues estaban de vacaciones en un camping de Cataluña. Así que toda la familia nos hemos reencontrado, no estábamos todos juntos desde navidad.

Ayer y hoy estuve paseando por San Sebastián, teniendo una ciudad tan bonita a veces me pregunto qué se me habrá perdido tan lejos para pasar tanto tiempo fuera de casa...

Me siento muy feliz de estar en casa, y muy lleno de energía por todas las cosas buenas que he vivido en estos meses. El año pasado me encontraba cansado, no de ese cansancio físico que se arregla con un buen sueño, sino un cansancio que tiene que ver más con el espíritu. Sentía que debía hacerle caso a mi instinto, que me decía "agarra la mochila y haz este viaje que siempre has querido hacer!". Por suerte hay algunos sueños que por viejos no caducan, este ha sido uno de ellos.

En estos meses se han tejido nuevos lazos de amistad con gente maravillosa con la que espero seguir en contacto siempre. También he tenido la suerte de volver a ver a viejos amigos y colegas en Brasil, Paraguay, Chile y Argentina. En Bolivia ha sido todo nuevo, pues no conocía nada ni a nadie. Aunque pasé relativamente poco tiempo en ese país, las experiencias que viví fueron seguramente las más intensas de todo el viaje. Los que habeis seguido mis pasos por Bolivia ya sabreís de lo que estoy hablando.

La espiritualidad andina es muy fuerte, y yo creo que desde los Andes va a surgir con fuerza un mensaje para toda la humanidad, para que nos reencontremos con las cosas esenciales. Como dicen los abuelitos y las abuelitas de los Andes, se viene el Pachakuti, un gran cambio que nos va a hacer más humildes a todos, más solidarios y más felices. Yo a veces me pregunto cómo puede ocurrir esto en este mundo donde hay tanto sufrimiento, hambre e incomprensión. Pero de los Andes he salido creyendo que estos cambios se vienen.
Si en algo me ha cambiado este viaje ha sido en hacerme más sensible, sensible a otras voces, a otros ecos, incluso al grito silencioso de la naturaleza, que está pidiendonos un respiro a los humanos. Si nos paramos a pensar, la Tierra nos da todo lo que necesitamos para vivir, nos da agua, nos da alimento, nos da calor, nos da las condiciones ambientales que necesitamos para poder vivir. En agradecimiento a todo esto nosotros contaminamos la atmósfera, ensuciamos los ríos, destruimos los bosques, exterminamos cientos de especies todos los días en nuestra ansia de crecer económicamente.

Yo que llevo trabajando 9 años en el área ambiental, había meditado sobre estos temas desde el punto de vista técnico, pero no los sentía plenamente con el corazón. En estos meses, observando los hielos patagónicos, los bosques milenarios de Chile y Argentina, las selvas tropicales de Bolivia y Brasil, con toda la vida que hay en ellos (humana y animal), he entendido. He entendido que en realidad lo que le hacemos a la Tierra nos lo estamos haciendo a nosotros mismos, pues somos parte de un todo.

Y ese todo también incluye a todas las personas que habitamos este Planeta. A pesar de que hablamos tantas lenguas diferentes, con acentos tan graciosos a veces; de que nuestra piel y fisionomía cambia de un lugar a otro; de que tenemos valores diferentes, incluso creencias muy diferentes. A pesar de todas las diferencias, durante este viaje he aprendido que lo que tenemos en común es inmensamente más grande que nuestras diferencias. Las ganas de salir adelante, de vivir con dignidad, el espíritu de superación y de trabajo, el esfuerzo cotidiano por dar de comer a nuestras familias, todo ello es común a todas las culturas que he conocido.

No se por qué, pero me siento tremendamente optimista. Como me decía Fernando Huanacuni, un amigo boliviano, "tenemos que convertir nuestras canciones en alegría, ya no es tiempo de lamentos, es tiempo de alegría, de ser conscientes". Fernando también me regaló esta otra frase: "Hay que buscar lo efectivo en lo afectivo, y no alrevés".

Un fuerte abrazo para todos/as, os deseo mucha felicidad de todo corazón.

Mikel

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola Mikel!
Sólo quería decirte que me ha encantado tu blog, estaba buscando fotos para la semana de interculturalidad, pues voy a presentar Brasil a los niños en la escuela y tus fotos me han encantado, he aprendido más sobre este maravilloso país. Tuve la suerte de estar allí hace dos años un mesecito, y este verano volveré para trabajar en un proyecto de Voluntariado.
Enhorabuena por el blog, está genial!
Y todos los pensamientos sobre su viaje, experiencia, espiritualidad... ha sido una gran experiencia de vida, no debemos dejar sueños sin realizar!!!
Beijao
:)

Anónimo dijo...

Hola:
Impresionante el recorrido que realizaste... Muy buena la página que creaste.
La cantidad de fotografias y la calidad de las mismas es muy buena
Navegando encontré el sitio y me gustó. Te felicito por el articulo de Lavalle que me parece alguien a quien olvidamos en la Argentina.
Me hubiese gustado que tu estadía y recorrido se hubiese extendido mas por la Quebrada de Humahuaca y por todo Jujuy. Si tienes mas fotografias de nuestra Provincia y comentarios por supuesto, súbelos. Siempre es interesante conocer como nos "observan" quienes llegan a Jujuy.
Saludos y visita: www.clickjujuy.com.ar
Jorge Luis
(Mantente en contacto: radiosolidaridad@gmail.com)